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  • Writer's pictureCANdia

QUIERO ESCRIBIR/TE

Updated: Jan 9, 2022


Por CANdia

Ser, estar y hacer

Enero 02, 2022


_Quiero escribir. Me digo en silencio.

_Quiero escribir. Me lo repito frente al espejo.


Sí, quiero escribir y me atoro en las primeras líneas. Escribo y borro, borro y escribo. ¿Qué pasa? ¿Qué puedo decir? Dicen los que saben que escribir de uno mismo es una tortura para el lector, y luego, los mejores best seller son justo los que exponen la vida de los autores. Hay quienes escriben de ellos disfrazados en sus personajes. Otros más, escriben combinando entre la realidad de sus vidas, de hechos que supieron aquí y allá, mezclándolos con escenarios que se imaginan. Otros engullen en sus locuras o creatividad y crean realismos mágicos que los llevan hasta los mejores e importantes premios de la literatura.

Quiero escribir, escribirte y que tus ojos acaricien mis letras, pero ¿qué te puedo escribir que te mantenga atentamente a mi texto? ¿De qué escribo: motivación, historia, boxeo, ficción, cultura o lenguas? A veces me siento con la inspiración a flor de piel y me genero todas las historias que quiero contar y cuando llego al escritorio y abro la computadora, entonces, todo se esfuma. Las letras se rompen, las oraciones se confunden y las ideas se pelean entre sí. Pero, quiero escribir; lo juro.

Camino al librero y miro las obras de mis amigos, ellos, esos que sí escriben y lo hacen muy bien. Miro de fijo los diccionarios; el de la Real Academia Española, el de Larousse, el de los mexicanismos, el chingonario, el corrupcionario, el chilangonario, el del francés, el de italiano, el del portugués, el del alemán, con fotos y sin fotos. Busco. Busco algo de qué escribir. Me decido, tomo un diccionario. Me voy a la letra menos común: la X y me obligo a encontrar tres palabras.

Mi mirada recorre las columnas (de las pocas páginas que hay, una y un pedacito de la segunda) y no sé por cuál irme. Algunas me rumean por lecturas pasadas, otras, las asocio con aquellas clases de la prepa de etimologías grecolatinas que me encantaban, me apasionaba saber de dónde habían nacido las letras y las palabras de la lengua que nativamente hablo -y enseño ahora-. Conservo los libros de aquellos años. Esos ejemplares que durante la maestría sobre lenguas fueron un bálsamo para leer muchos de aquellos textos que venían en griego y en latín. Y, comprendo que desde joven me iba preparando para estos días. Atino en que sus detalles están inscritos en la identificación lingüística al empezar la definición de cualquier palabra en el diccionario, pero, casi siempre o casi todos (tal vez, digo yo) nos los brincamos porque parecen tan poco atractivos o importantes o simplemente no sabemos qué significan.

De las tres palabras que busqué: 1) xenismo; 2) xerofítico, ca [xerófilo, ra]; 3) xinca, es en la tercera en la que me quiero detener, de las tres esta me atrapó por completo, pues de las otras tenía idea más clara de una que de la otra, pero esta de verdad que sí fue una tarea. La definición dice: xica. adj. (¿por qué las abreviaturas conservan su minúscula si después de un punto se debe usar mayúscula? Me pregunto de inmediato y busco para saber que, tras el punto abreviativo no tiene que emplearse mayúscula porque es parte de la abreviación o la palabra, a menos que venga con otra exigencia o que el punto abreviativo coincida con el punto signo de puntuación.) Se dice del individuo (me parece que hubiera sido mejor decir una persona, por esto de la inclusión de la que se habla tanto hoy y que es una palabra más efectiva para referirnos que es hombre o mujer) de un pueblo amerindio de la familia maya de Guatemala. U. t. c. s. (¿Y estas letritas, me las brinco? No, decido buscar qué quieren decir para encontrar que significan: Uso también como sustantivo) || 2. (segunda acotación) Perteneciente o relativo a los xincas (mi cabeza se revoluciona, ¿quiénes fueron estos? ¿Quién ha escrito sobre esta cultura prehispánica? ¿Por qué no me suenan? ¡Qué ignorante me siento al ver que este grupo como muchos otros, no los conozco!). ||3. m. (esta “m” en la tercera acotación significa que el tipo de palabra es un sustantivo masculino y entra el enlace de la segunda definición) Lengua hablada por los xincas. Mi definición la tomé del gordo diccionario de la RAE que está en mi librero, pero, por curiosidad busco con la red en el DEM (Diccionario de Español de México del Colegio de México), pero, para mi sorpresa la pantalla decía: Su búsqueda no tuvo resultados. Mi sentimiento de culpa por la ignorancia mitigó, ¡qué alivio! -un tanto tonto, lo sé-. Acudo entonces a San Google. Aparece la primera información básica que refuerza la del diccionario, ahora con sus derivantes: Xinca (o Xinka, Szinca) es una pequeña familia étnica de los lenguajes mesoamericanos, anteriormente conocido o relacionado como un lenguaje único o singular aislado, una vez hablado por los indígenas de la cultura Xinca del sudoeste de Guatemala, mucho del territorio de El Salvador y partes de Honduras. La mayor distribución es en Guatemala. Hasta el año 2003 el censo registra una población de 16, 200 xincas. Tienen las subdivisiones de Yupiltepeque (desaparecido) y Jumaytepeque (desaparecido). La extinción de la lengua y población se documenta a partir de 1970; sin embargo, a principios de los 2000s aún es semi-hablado.

Reconozco que para escribir también hay mucho que leer, aprender y aprehender. Sé que quiero escribir, sé que puedo escribir, pero, mi humildad me permite reconocer que debo regresar a aquellas aulas donde mi maestra Martha Beatriz Berny Márquez (tras tantas veces que nos hizo escribir su nombre, ahora es imposible no citarlo completo) se esforzaba con pasión y paciencia para enseñarnos las estructuras de la gramática del español y muchas cosas más entre el 5to. y 6to. de primaria. De mis maestras de español e inglés de la secundaria. De la clase de Lectura y Redacción del maestro Colorado (era su apellido y también el color frecuente de su rostro, muy simpático y tímido hombre). ¡Qué hablar de la licenciatura y las maestrías! De los cursos aislados y, aun así, sé que escribir es un oficio que hay que hacer diario, como el boxeador que va al gimnasio y se pone en forma y marca cada vez sus trabajados músculos para subirse al ensogado a dar la mejor pelea; así la mente, las ideas, y se vierten cuando los dedos aporrean las teclas, aunque claro, ahora, puedes usar el dictador y te ahorras unos cuantos minutitos y me sigo peleando con ello. Siento que la idea de hilar mis ideas con los dedos y la vocecita interna que me dicta es más de mi época de mi generación de mi escuela. Confieso que sí, sí lo he intentado, pero, termino usando el teclado. ¡Vaya faena! Esto de las evoluciones de las herramientas para escribir son toda una tarea porque lo que más cuesta es divorciarse de las viejas costumbres y adaptarse a las nuevas formas.

Sueño que un día pueda articular piezas publicadas que puedan estar en mi/tu/su librero junto con el de aquellos autores que disfrutas leer una y otra vez. Ahora, atino a los consejos de los buenos amigos que me dicen: escribe CANdia, escribe, escribe todos los días. Tal vez estas líneas te dejen algo nuevo, tal vez también te provoquen alguna curiosidad, pero, si has llegado hasta el final. Me has dado lo mejor de ti, tu tiempo y tu lectura, pues, no hay escritor, ra sin texto y no hay texto sin lectores.

Hoy, escribo hoy. Palabras para ti.


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